Capítulos anteriores:
Libro 1.
La leyenda de las siete Ka-Ha -PROLOGO/1ª Parte: Las tierras del norte.
La leyenda de las siete Ka-Ha - PROLOGO/2ª Parte: El Clan de los Shul.
La leyenda de las siete Ka-Ha - PROLOGO/3ª Parte: Los cinco clanes.
La leyenda de las siete Ka-Ha - 4ª Parte: Una nueva era.
La leyenda de las siete Ka-Ha -5ª Parte: Bosque maldito (1ª y 2ª Parte).
La leyenda de las siete Ka-Ha - 7ª Parte: Guerra.
La leyenda de las siete Ka-Ha - 8ª Parte: Un nuevo comienzo.
Libro 2.
La sangre de la pantera - 9ª Parte: El camino del Sur.
La sangre de la pantera - 10ª Parte: El emblema de la pantera.
La sangre de la pantera - 11ª Parte: Viaje al Este.
La sangre de la pantera - 13ª Parte: La batalla de Epikas.
La sangre de la pantera - 14ª Parte: Reencuentro.
La sangre de la pantera - 15ª Parte: El fin de la guerra.
La sangre de la pantera - 16ª Parte: El corazón ardiente.
La sangre de la pantera - 17ª Parte: Hija del Norte.
Libro 3.
La espada del Lobo - 18ª Parte: Sholem, la tumba del bosque.
La espada del Lobo - 19ª Parte: El latir de la bestia.
La sangre de la pantera - 14ª Parte: Reencuentro.
La sangre de la pantera - 15ª Parte: El fin de la guerra.
La sangre de la pantera - 16ª Parte: El corazón ardiente.
La sangre de la pantera - 17ª Parte: Hija del Norte.
Libro 3.
La espada del Lobo - 18ª Parte: Sholem, la tumba del bosque.
La espada del Lobo - 19ª Parte: El latir de la bestia.
La espada del Lobo - 21ª Parte: Los portadores y el pacto.
Tierras del Norte, pueblo de Sholem.
23º Año del mandato de Jeraqc Braman, 18º Legado de Nurvak.
Estación del Caballo; Segundo tercio, vigesimoprimer día.
Atkmar estaba a salvo dentro de la casa. Sentado frente al fuego calentaba su cuerpo. La impresión de ver a sus compañeros entrar por la puerta de su hogar cambio su expresión. Todos se alegraron al ver al joven portador, hubo abrazos y más preguntas. Todos se sentaron alrededor del fuego.
-¿Donde están los demás?- pregunto Atkmar.
-No lo sabemos. Solo hemos logrado encontraros a vosotros. Esta es Sirye, debéis escuchar lo que tiene que contar.- respondió Brektöl.
-Como Brektöl os ha dicho soy Sirye, la hija de Sheros. Algo extraño a sucedido y eso os ha traído aquí. Cuando encontré a Brektöl, parecía estar desorientado, ¿os ocurrió lo mismo a vosotros al despertar?
-Si, cuando yo desperté tenia un fuerte dolor de cabeza. Además el último recuerdo que tengo era estar luchando contra los Karmak junto a los hombres de Atkora a las afueras de Ankar. Pero al despertar no estaban, creí estar en Sheika pero en realidad estaba en el mismo lugar, había cambiado en un abrir y cerrar de ojos. Regrese a la fortaleza y no sabían quien era, me apresaron y Thos-Ä no estaba, su hijo era el Kot-Räk. ¿Como puede ser?- relato Syask.
-A mi me paso algo parecido, también luchaba con los Karmak, pero de repente desaparecieron. Estaba ayudando a los Ilmar a defender Ithos y al despertar la ciudad había sido arrasada y los arboles crecían sobre las ruinas. Como si hubieran pasado ciclos, pero apenas fueron unos segundos. Así que regrese a Sholem, pero lo mismo pasaba aquí, el pueblo estaba abandonado… -hablo Atkmar.
-Solo puede haber una respuesta.- contesto Sirye a los portadores.- El pacto os ha hecho regresar.
-¿Regresar? ¿De donde?- pregunto Syask.
-De la muerte.
-¿Qué? Eso es imposible.- exclamo Bertam.
-No hay otra explicación. El ultimo recuerdo que tenéis todos es el de estar luchando. El hombre de Atkora dijo que los portadores habían muerto durante la guerra. No hay otra explicación.
-Pero… ¿Cómo es posible?- dijo Syask.
-Debe guardar relación con la Ka-Ha negra.-expuso Brektöl.
-¿Ka-Ha negra?- pregunto Bertam.
-Cuando regrese a Sholem quede tan sorprendida con el paisaje como vosotros. Fui al patio de mi casa y allí encontré la tumba de mi padre. En su interior, descansando junto a él estaba el Libro de Leyes y esta espada.-les mostro el arma a todos.
-Se parece a la de Sheros… los lobos.- divago durante unos segundo Bertam.- No puede ser una Ka-Ha. Solo existen siete, Sirkey lo dejo muy claro en el libro. Se parece a ellas pero no puede ser.
-Todos sabemos que Sheros entrego la suya a Sirye el día que la llevo al sur, ¿Y si se adentro en Sheika reclamo al lobo y este le entrego una octava?- dijo Atkmar.
En ese instante la puerta se abrió y una figura que todos conocían la atravesó. Shohal, el Shik-Ha del Clan.
-¡Sohal estas herido!- grito Syask.
Todos se acercaron a él, su hombro estaba herido, la tela que lo cubría estaba desgarrada y no paraba de sangrar. Parecía agotado, y le costaba respirar. Lo sentaron y Atkmar corrió a coger algo de tela para cubrir el corte. Brektöl salió al exterior lleno sus manos de nieve y la coloco sobre la herida del Shik-Ha. Curaron sus heridas.
-¿Que ha ocurrido?-pregunto Bertam.
-No lo se muy bien. Estaba cerca en las afueras de Sholem, en el oeste, tumbado en el suelo. Me levante y cuando iba a regresar al pueblo algo extraño sucedió. Las sombras de los arboles cambiaron de forma y me atacaron. Hui y me escondí, parecía que las había esquivado pero regresaron, intente luchar pero eran demasiadas, entonces unos lobos aparecieron y las atacaron. Apenas podía moverme no me encontraba bien, así que regrese a Sholem, pues estar en el exterior es demasiado peligroso y me oculte en mi casa. Creo que me quede dormido, desperté hace apenas unos minutos y vi el humo que salía de la casa de Atkmar. ¿Qué le ha sucedido al pueblo?
-Estábamos hablando sobre eso Sohal, hay alguien a quien quiero que veas. Esta es Sirye.-Dijo Brektöl.
-¿Sirye? Es imposible, Sirye solo es una niña, no tendrá mas de catorce ciclos.
-No Sohal es ella.- Brektöl se acercó y se sentó a su lado.
Sohal miro a la chica y entonces pudo verla, la Ka-ha negra. Aquella que Sheros le mostro una vez.
-¡¿De donde has sacado esa espada?!-Pregunto Sohal con furia a Sirye.
-Estaba junto a mi padre en su tumba.
-Dime que no la has empuñado.
-Si, ¿Por qué?- La joven noto que Sohal conocía esa arma- Tu ya habías visto esta espada antes.
Todos dirigieron sus miradas hacia Sohal y este no tubo más remedio que hablar.
-Yo enterré a tu padre junto a ella. Creo que hay algo que debes saber Sirye, tu y todos.
Rodearon al guerrero y con gran atención escucharon la historia que este relato.
-¿Nunca te has preguntado como pudiste sobrevivir a semejante herida? No lo hiciste, aquella flecha atravesó tu corazón. Cuando tu padre llego ya habías muerto. ¿Recuerdas la historia sobre Sirkey y el pacto que hizo con el lobo? Tu padre reclamo al Dios de Sheika que te salvara en pago por el pacto. Y este lo hizo, pero para ello te entrego su corazón.
-¿Qué?-Exclamo Bertam.- ¿Su corazón?
-Si, el corazón que alberga en su pecho es el corazón del lobo.
La joven se agarró el pecho, no entendía nada, como pudo su padre no contarle aquello. En aquel momento las palabras que el Adab Bäb le había dicho empezaron a tener sentido.
-Era la única manera de salvarte, así que tu padre no dudo. Pero esto conllevaba legarte el poder del dios del bosque. Así que el lobo le entrego esa Ka-Ha a tu padre, en ella sello el poder que albergabas para que pudieras tener una vida normal. Solo el día que tú la empuñaras se liberaría ese poder. Aunque tú no lo supieras al desenvainar as despertado al espíritu del lobo en tu interior, tú eres el Dios de Sheika, o por lo menos cada vez que empuñas esa espada. Por eso tu padre oculto la espada y me pidió que el día de su muerte la enterrara junto a el, para que nunca pasara esto. Ahora empiezo a comprender lo que sucede.
-¿Lo que sucede?- Pregunto Bertam.
-¿Acaso no habéis notado lo mucho que ha cambiado este lugar?
-Sheika ha crecido. Sus arboles lo ocupan todo hasta donde alcanza la vista. Aun no comprendo como ha podido pasar.-Dijo Syask.
-El tiempo ha pasado. Mucho tiempo para que el bosque haya crecido tanto.
-Si, hace veintiún ciclos que yo abandone Sholem.-Dijo Sirye que atenta escuchaba las palabras de Sohal.
-Eso lo explica. Todos debimos morir durante la guerra. Aunque no lo recordemos. Al desenvainar esa espada as reclamado el pacto que Sirkey hizo con el lobo y eso nos ha obligado a regresar.
-Pero ¿Cómo es eso posible?-pregunto Bertam.
-Bueno, no lo se seguro. En el pacto que Sirkey hizo con el lobo este prometió que el día que ya no hubiera nadie de su propia sangre para cumplir el pacto los descendientes de los otros portadores serian los que cumplirían con el. Sirye había muerto y aunque el la salvo en realidad ya no era ella, si no el Dios. Nosotros no tuvimos hijos, solo Sylk. Así que al morir incumplimos el pacto, pero el lobo ya no estaba para hacer que regresáramos, ya que dormía dentro de Sirye. Creo que al empuñar la Ka-Ha y despertar el poder del Dios de Sheika este nos hizo regresar. El sello grabado en cada espada esta unido a nuestra sangre ¿no es así? Las palabras del lobo fueron: "Ese es el pacto que une a los portadores con Sheika. Al portar esta espada, vuestro destino quedará sellado." Las Ka-Ha nos han hecho volver a la vida para cumplir con la promesa y proteger al norte de las sombras.
-¿Y donde esta Sylk?- pregunto Atkmar.
Sirye se levanto ando hasta poder coger el negro acero y lo desenvaino una vez mas. Un fuerte viento golpeo la casa y la puerta se abrió con violencia. Todos volvieron sus miradas hacia la joven y pudieron ver como cambiaba.
-Sylk no regresara. Él fue el único que cumplió con la promesa, tuvo un heredero y le entrego la espada. El nombre del portador es Shuma, murió devorado por las bestias mientras protegía a los hombres de ellas. El pacto fue cumplido y su familia fue liberada. El Emblema del Ciervo ya no tiene portador. Al menos que la Ka-Ha encuentre a quien la porte ahora.-Dijo Sirye que parecía ser otra persona.
-¿Dónde esta la Ka-Ha?- pregunto Sohal.
-Protegida en el interior del bosque.