viernes, 20 de diciembre de 2013

[Original] KA-HA: Las espadas del Lobo - La sangre de la pantera - 13ª Parte: La batalla de Epikas.

!Guerra!, si, no se puede resumir de otra manera este capitulo, aunque en un sentido, también nos da la explicación de por que la gente emigro mas haya del bosque de Sheika, pues lo relatado en este capitulo es uno de los tantos conflictos que se da en las tierras del norte.

Capítulos anteriores:

Libro 1.
La leyenda de las siete Ka-Ha -PROLOGO/1ª Parte: Las tierras del norte.
La leyenda de las siete Ka-Ha - PROLOGO/2ª Parte: El Clan de los Shul.
La leyenda de las siete Ka-Ha - PROLOGO/3ª Parte: Los cinco clanes. 
La leyenda de las siete Ka-Ha - 4ª Parte: Una nueva era. 
La leyenda de las siete Ka-Ha -5ª Parte: Bosque maldito (1ª y 2ª Parte).
La leyenda de las siete Ka-Ha - 7ª Parte: Guerra.
La leyenda de las siete Ka-Ha - 8ª Parte: Un nuevo comienzo. 
Libro 2.
La sangre de la pantera  - 9ª Parte: El camino del Sur.
La sangre de la pantera - 10ª Parte: El emblema de la pantera.
La sangre de la pantera - 11ª Parte: Viaje al Este. 

La sangre de la pantera - 13ª Parte: La batalla de Epikas.



Tierras del Legado Nurvak, campamento de la 2ª división del este. 
21º Año del mandato de Jeraqc Braman, 18º Legado de Nurvak. 
Estación de la Pantera; Primer tercio, cuarto día. 


Las nevadas eran constantes y los hombres se agrupaban frente a pequeñas fogatas que estaban repartidas por todo el campamento. El Capitán General Braman había llamado a la 2ª División del oeste para que lucharan en la frontera este en la encarnizada batalla que acontecía desde hacia ya dos estaciones. Siempre habían estado en guerra pero en las ultimas estaciones la batalla se había tornado mas agresiva y Epikas por primera vez había osado cruzar la frontera. Estas dos divisiones, que la formaban más de cinco mil hombres, estaban bajo las órdenes del Coronel General Cysk. Muchos hombres habían caído ya y los guerreros de Vardana, Petro y Sirye junto a él, hacia pocos días que habían llegado al lugar para intentar una ofensiva contra los invasores. 

Lucharon durante días y días en la frontera frenando a los grupos de guerreros de Epikas que intentaban atravesarla y jamás lo consiguieron. Todos los días llegaban nuevos hombres de otras divisiones y los heridos se contaban por cientos. El agotamiento comenzaba a hacerse presente en el rostro de los guerreros y los días seguían pasando sin que la victoria se inclinara por ninguno de los dos bandos. 


Tierras del Legado Nurvak, campamento de la 2ª división del este. 
21º Año del mandato de Jeraqc Braman, 18º Legado de Nurvak. 
Estación de la Pantera; Tercer tercio, decimoquinto día. 


El legado de Epikas el cual estaba en una continua batalla por empujar la frontera de su territorio hasta el gran bosque del norte, había logrado infiltrarse con gran facilidad en la ciudad de Dari arrasándola. Aquello fue la mecha que encendió el comienzo de la guerra entre los dos legados. La batalla siempre había sido dura y permanente en la frontera pero el hecho de que el enemigo osara asesinar a inocentes y quemar la ciudad fue el empuje que hizo que los hombres de Nurvak decidieran cruzar la frontera y atacar los campamentos de Epikas. Todos los altos cargos estaban reunidos en la tienda de Coronel General Cysk, encargado de proteger el territorio este de Nurvak. 

-Atacaremos por la noche, tenemos el clima de nuestra parte, los hombre de Epikas no son buenos luchando a bajas temperaturas, así que aprovecharemos nuestra ventaja atacandolos durante la helada nocturna.- Cysk miro a los hombres a su alrededor.- Nuestros espías nos han dicho que hay un grupo de hombres recién llegados de Sahaman, mas o menos unos mil. Están apostados al sur de Dari, a orillas del lago Oxial. Si logramos acabar con ellos Epikas tendrá que retroceder, pues la mayoría de sus hombres están heridos y tardaran unos seis días en enviar más hombres desde la capital. 

-Los hombres de la 2ª División de oeste, al mando del Coronel Ekesti se ocultaran en Dari. Llevara consigo dos centenares de arqueros que se apostaran en los tejados de las casas del final pueblo, en estos edificios, aquí y aquí, serán dirigidos por el Capitán Mertell. Y por otro lado quinientos hombres, entre caballos y guerreros los atacaran a ras de suelo dirigidos por el Coronel Ekesti. ¿Comprendido?- dijo el segundo al mando, el Mayor General Basajawa. 

-Todo claro.- contesto Vardana. 

-Prosigamos, los hombres de la 2ª División del este al mando del Coronel Eman atacaran por el sur, llevaran a quinientos hombres, todos a pie. Cruzaran al atardecer el lago Oxial, hasta situarse por debajo del enemigo. Los sorprenderán es su propio territorio, su labor será empujar al enemigo hasta Dari para que allí los hombres del Coronel Ekesti acaben con los que queden en pie.- Miro a Eman esperando una respuesta. 

-Entendido. 

Todos en la sala quedaron en silencio y cruzaron miradas entre ellos. 

-Bien si todo ha quedado claro, solo queda desearles suerte caballeros. Luchen con orgullo por Nurvak.- dijo Cysk. 

-¡Por Nurvak!- Exclamaron todos. 

Los guerreros se retiraron y transmitieron a sus hombres el plan de batalla antes expuesto. Todos descansaron las horas previas a la lucha, llenaron sus estómagos y rezaron plegarias a los dioses pidiendo que les trajeran buena fortuna en el campo de batalla. Era la primera vez que Sirye iba a luchar junto al legado Nurvak, en realidad era la primera vez que iba a ver la guerra con sus propios ojos. El nerviosismo entre los hombres era palpable, todos se colocaron sus armaduras y repasaron el filo de sus armas una vez más antes de caminar hacia la guerra. La tarde comenzó a caer y Sirye junto al resto de su división comenzó el camino hacia las ruinas de la ciudad de Dari para dar comienzo a la batalla. Todos los hombres caminaban en silencio, aquellos que siempre eran tan ruidosos no emitían jaleo alguno. 

La ciudad estaba completamente arrasada, los edificios ennegrecidos por el hollín estaban deshabitados y la mayoría de sus fachadas se encontraban esparcidas por los suelos de las calles. Llegaron al lugar donde debían ocultarse y comenzó lo peor, la espera. Apenas esperaron dos o tres horas pero parecía haber pasado un milenio. Los arqueros ocultos en los tejados serian los que dieran la señal a los jinetes y epadachines para que atacaran al enemigo en cuando su sombra rozara con los límites de la ciudad. Continuaron en silencio, Sirye que tenia a Petro a su lado lo admiraba pues este estaba en calma total, relajado como si no fuera a suceder nada y entonces escucharon al Capitán Mertell. 

-¡Arqueros! En posición.- el tiempo se detuvo.- ¡Fuego! 

Salieron de sus escondites y se abalanzaron contra su enemigo. La oscuridad de la noche los abrazaba mientras su acero brillaba impregnado con la sangre de sus enemigos. Sirye que se hallaba rodeada no titubeo ni una sola vez a la hora de atravesar a todos aquellos que no llevaran el semblante de la pantera en su armadura. Se abría paso poco a poco entre sus enemigos cortando su carne y derramando su sangre. Veloz como el viento una espada rozo su rostro, sobre su oreja corto la tela que cubría su cara hasta llegar a su piel y el rojo líquido comenzó a brotar de su herida. Se giro veloz y atravesó al agresor. El coronel Ekesti que cabalgaba sobre su caballo arrollando a sus enemigos, cayo del mismo cuando uno de los enemigos corto una de las patas delanteras de su caballo. Petro corrió hacia el para socorrerle pero no pudo llegar a tiempo, desde la distancia vio como uno de sus enemigos alzaba su espada estando Vardana tumbado en el suelo bocabajo y atravesó su corazón hasta que la punta de su espada se clavo en la tierra. Petro alcanzo al agresor y lo decapito con un solo movimiento de su espada. La información de los espias era errónea y lo que creyeron que serian 1000 en realidad eran mas. Aquellos hombres estaban frescos y los guerreros del norte estaban agotados pues llevaban luchado en aquel lugar ya meses. Petro, que era un hombre inteligente y un gran estratega ordeno a sus hombres la retirada a Dari pues los guerreros de Epikas los estaban masacrando. Hallo una manera de que sus hombres, en menor numero, pudieran salir victoriosos de aquella ciudad y dirigió a los hombres como su líder. La batalla duro toda la noche, lucharon bajo la lluvia de flechas hasta que el día llego y no quedo ninguno de Epikas en pie. 

Regresaron al campamento con gran pesar pues no solo habían perdido un líder si no que también habían perdido un amigo. Sirye que apenas podía mantenerse en pie, observo a Petro y vio que al caminar se dolía de su pierna derecha, se acercó a él y le dio un pequeño golpecito en el muslo y un fuerte alarido de dolor fue el resultado. Agarro a Petro y lo llevo a su tienda, le obligo a que remangara sus ropas y le enseñara la pierna. Menuda sorpresa se llevo la joven, la pierna de Allen tenía una herida que no era reciente, esta que estaba mal curada había comenzado a infectarse y el dolor que el guerrero debía sufrir tenía que ser atroz. Sirye llamo al medico del campamento el cual se escandalizo al ver la herida del comandante. 

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