Y ahora les presento el segundo capítulo de mi Fan Fic de Macross, el primer capítulo fue mas una introducción, con varios detalles generales que los fans reconocerán, y los no fans, bueno les dio de entrada un buen marco de referencia para lo que sigue en los siguientes capítulos, espero y sean de su agrado.
Capitulo Anterior:
Capitulo 2 - ¿La advertencia?
Música sugerida para leer el relato.
Una de las cosas a las cuales se
dedica la UN Spacy, es la de salvaguardar las colonias, flotas e instalaciones
del sistema solar de la humanidad. Miles de naves fueron lanzadas con este fin,
algunas operan en flotas completas, pero de vez en cuando hay una que otra que
opera en solitario. Tal era el caso del Clemenceau, la nave a la cual partencia
originalmente Kara. Esta era una de las nuevas naves de clase Guantánamo, que
vinieron a sustituir a las ARMD. Pero a diferencia de sus predecesoras, estas
contaban con sistemas fold, los cuales les permitían viajar grandes distancias
en muy poco tiempo. Además de por su puesto estar mejor armadas.
Nave de clase Guantánamo - Clemenceau.
Estas naves que operaban en
solitario, por lo general llevaban elementos de elite, por lo tanto Kara era
considerada una piloto de lo mejor que la UN Spacy tenía entre sus efectivos,
junto con los gatos monteses. Todos piloteaban el nuevo caza de las Nuevas
Naciones Unidas, el VF-11 Thunderbolt.
VF-11 Thunderbolt de las nuevas naciones unidas.
El oficial al mando de los gatos
monteses era un veterano piloto de los tiempos de la primera guerra espacial,
nombre que se le dio a aquel enfrentamiento contra los zentraedi. Su nombre era
Saúl Bush.
El Clemenceau a principios del
año 2036, es que se le asignó el patrullar un área cercana a la órbita de
Plutón. Estratégicamente no valía nada, pero si algo pasaba hacia el sistema
solar, serian sin duda los primeros en responder. Al menos en 3 ocasiones se
enfrentaron a naves pérdidas de los zentraedi, y en cada ocasión los derrotaron
o los redujeran lo suficiente para que se rindieran. De hecho encontrar una
nave o flotas de naves zentraedi, ya fuera en el sistema solar, las colonias, o
las flotas de migración… se había tornado en algo cotidiano. Por eso en el
primer despliegue de marzo, es que no había razones para creer que las cosas
serían diferentes.
Aparentemente una nave de clase
Picket se aproximaba al sistema solar. No más de 500 metros de longitud, salió
de Fold a apenas unos 150 mil Kilómetros de Plutón, del área de caza del
Clemenceau.
Picket Zentraedi.
— ¡Este
es el capitán Fansworth! ¡Gatos monteses!, ¡prepárense para su despliegue!, ¡este
no es un simulacro! — decía el capitán por los
altoparlantes que retumbaban por toda la nave, al tiempo que se escuchaba una
estruendosa alarma.
Kara se encontraba en ese momento
en el comedor. Apenas había tomado su bandeja, cuando tuvo que lazarla por los
aires. Salió hacia los casilleros y rápidamente se quitó su traje de faena, por
su traje de vuelo. De hecho todos los gatos monteses hicieron lo mismo.
— ¡Muévanse
gatos! ¡Muévanse! ¡¿O es que acaso desean vivir para siempre?! — les gritaba el teniente Bush.
Kara salió de los casilleros
hasta donde estaba su VF-11. Los mecánicos la ayudaron subir a este, y ya adentro se aseguro el
casco, prendió los sistemas de cabina y entonces su VF comenzó a moverse hacia
la catapulta. Una vez estuvo fuera, Kara se encontró con la alférez Claudia
Martínez, el ala de Kara.
— Te
tomo algo de tiempo llegar hasta aquí alférez Ka-ra — dijo burlonamente.
— No es eso, solo te estaba dando tiempo de adelantarte,
si hubiera salido antes, te hubiera dejado atrás como de costumbre.
Ambas mujeres rieron, hasta que
fueron interrumpidas por el teniente Bush.
—
¡Corten la plática!, estamos en alerta de
combate. Todos los gatos monteses, mantengan distancia con el Picket, no
disparen a menos que este se muestre hostil. Como de costumbre chicos, entramos
y salimos.
— ¡Si
señor! — respondieron los gatos monteses.
El Picket se mantuvo en silencio,
mientras que el Clemeceu trataba de determinar qué es lo que hacían. Por su
parte los gatos monteses se mantenían a distancia, observando a la misteriosa
nave.
De repente la nave empezó a
rotar, y de esta emergieron trajes Nousjadeul-Ger. El Picket había movido
ficha.
Nousjadeul-Ger.
—
Así que decidieron actuar primero. ¡Perfecto! Vuelo
uno, intercepten a los Nousjadeul. Vuelo dos, destruyan los motores Fold de esa
nave.
Así empezaron a moverse. Kara pertenecía
al vuelo uno, así que como era obvio, se enfrentaría a esos Nousjadeul. Ella y
Claudia volaron a increíble velocidad, una vez tuvieron algunos enemigos en la
mira, lanzaron una andanada de misiles, para después acelerar, dejando atrás
estos. Atravesaron antes que los misiles, dejando a unos confundidos zentraedi,
que no pudieron hacer nada ante los misiles que les impactaron. Después ambas
cambiaron a modalidad Batteloid, y comenzaron a disparar a cualquiera que se
les aproximara. Cosas similares hacían los demás gatos monteses, algunos
incluso sin necesidad de usar las armas, literalmente al cuerpo a cuerpo,
eliminaban o incapacitaban a los zentraedi.
Mientras tanto los de vuelo dos
comenzaron a acercarse al Picket, el cual intento interceptarlos con sus armas
defensivas. Las maniobras que los gatos monteses empleaban para evadirlos, al
tiempo que eliminaban las defensas, eran sencillamente impresionantes.
Todo parecía indicar que los
gatos monteses se llevarían la victoria, como era usual. Pero de repente el
Clemencea abrió todos los canales.
— ¡Teniente
Bush!, ¡salgan de aquí! — decía el capitán
Fansworth, del cual se veía solo una imagen distorsionada de su cara, al tiempo
que se escuchaban sirenas a bordo de la nave.
— ¡¿Qué sucede capitán?! — espeto Bush.
— Una segunda nave nos ha sorprendido por la retaguardia,
ha abierto fuego contra nosotros. La nave está perdida, no sé si logremos
evacuarla a tiempo. Por eso es que le pido que saque a su gente de aquí.
— Con todo respeto, pero me rehusó seguir esa orden capitán, aguanten, ya vamos
para allá. ¡Gatos monteses! Abandonen sus blancos, vamos de vuelta al Clemenceu
a todo gas.
Los gatos monteses dejaron de
atacar sus objetivos, y emprendieron su regreso a su nave madre.
Desafortunadamente los zentraedi aprovecharon esto, y se lanzaron en persecución.
Algunos gatos monteses se transformaron en Batteloid para cubrir la retirada
del resto. Esas fueron las primeras bajas.
Cuando por fin alcanzaron el
Clemenceu, este estaba completamente en llamas, rodeado por varios Reguld. El
teniente Bush intentó comunicarse de nuevo con la nave pero le fue imposible.
Reguld.
—
¡Demonios!... escúchenme todos, si perdemos el
Clemeceu, nuestras posibilidades de sobrevivir son mínimas, no podemos perder
la nave. Así que pase lo que pase, esa nave no caerá.
Todos los gatos monteses
estuvieron de acuerdo con su comandante, y se lanzaron a defender su nave.
Desafortunadamente los Reguld eran demasiados, y empezaron a ser abrumados,
cuando los Nousjadeul los alcanzaron.
— ¡Malditos
zentraedi! ¡Mueran! ¡Mueran! — se escuchaba que
gritaba Claudia por la radio.
Kara quería unírsele en su
alegoría, pero estaba bastante ocupada. En modo Batteloid intento interceptar a
todos los Reguld que se le acercaban. Tan concentrada estaba en ello, que no se
percató que un Nousjadeul le llego por atrás, destruyendo sus propulsores
principales y piernas. Antes de que el zentraedi pudiera acabar con el trabajo,
es que llego Claudia a auxiliarle.
— ¡Kara!
¿Estás bien? — pronuncio Claudia con preocupación
en su voz.
— ¡Claro que sí! Puedo maniobrar esto y hacer el desayuno
al mismo tiempo.
— ¡Eres una verdadera tonta!
Claudia se dedicó a defender a su
compañera, la cual no se quedaba sentada, pues con las pocas armas que le
quedaban es que dañaba a los enemigos. De repente el Clemeceau exploto, y al
poco tiempo uno de los gatos monteses se apodero de la radio.
— ¡Han
derribado al teniente Bush! ¡Dios mío! ¡Dios… —
alcanzo a decir el piloto antes de ser derribado.
— ¡Dios! ¿Qué va a ser de nosotros Kara?
— ¡Tú sigue disparando maldita sea!
Los gatos monteses empezaron a
caer uno tras otro, hasta que solo quedaron Kara y Claudia, completamente
rodeadas. Claudia era excepcional como piloto, y logro derribar a muchos
Reguld, hasta que de la nada, apareció un Queadluun que termino por abatir a
Claudia. Ya solo quedaba Kara, y se quedó admirando ese Queadluun. Este apunto
con sus armas directo a la cabina, justo cuando estuvo a punto de disparar, se
detuvo para después retirarse, junto con sus demás camaradas.
Queadluun.
Kara entonces pudo ver como los
zentraedi emprendieron la retirada. Sola… había quedado completamente sola.
Cuando se percató de ello, es que sintió un vacío en su pecho, pues todos los
que conocía, todos los que alguna vez había apreciado… estaban muertos.
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