domingo, 2 de junio de 2013

[Original] Khata: La memoria de Sandino.


Bueno, esto ya es algo viejo que he escrito, de hecho esto seria la primera historia de lo que formaría una colección de varios relatos de un universo al cual justamente he denominado Khata. No tiene ninguna relación con lo que he venido escribiendo a la cual titule Elysium, y no es que haya abandonado tal relato, es solo que he estado algo ocupado para trabajar mas a fondo en ello, ademas de que estoy viendo si es posible hacer algo que podría realzar la historia... y también algo de falta de tiempo ha habido. En algún punto lo retomare.

Como sea este relato tendrá como un año que lo escribí. La pretensión es introducir de poco a poco al universo que cree desde hace ya bastante tiempo. ¿Y de que trata?

Bueno de entrada estamos en una galaxia distante, en un planeta distante llamado Nurim (si máximo acto de humildad XP). Aquí viven seres inteligentes exactamente iguales a la humanidad. Este relato es la transición de como tuvieron que empezar a emprender la colonización espacial, no sin antes estar a punto de extinguirse por la guerra. Espero les parezca interesante y con el tiempo de hecho espero ir poniendo mas relatos que he escrito dentro de este universo, que es probablemente el trabajo mas ambicioso que he pretendido hacer. y claro como soy yo, podrán esperar en este universo que cree muchas cosas de ciencia ficción, siendo que este es mi genero favorito, o sea que si. Tal como Elysium, Khata sera un relato de ciencia ficción, aunque como lo hice en una sola vez, no es tan corto de leer. De nuevo espero lo disfruten XD.




Muchos años han pasado. Muchas cosas también han ocurrido e inevitablemente muchas cosas han cambiado. Ochenta años e estado en este mundo y en ese insignificante lapso de tiempo ha habido un sin número de cambios. Ahora millones de personas viven en el espacio, explotamos asteroides y cometas por recursos naturales y por fin podemos decir orgullosos que todos trabajamos juntos y por un mismo propósito: La supervivencia de nuestra especie. Si alguien me hubiera dicho que todo esto seria posible en tan poco tiempo el día que tome mi cargo como presidente de la ya desaparecida República de Atlan lo hubiera mandado sin dudar a que le hicieran un examen psicológico. 

Pero todo este maravilloso progreso no vino de la nada. Tuvimos que estar al borde de la extinción para poder recapacitar y tomar otro camino. Recuerdo como empezó todo y quiero contarles como fue que paso a los ojos de los que estuvimos presentes. Quiero que todas las futuras generaciones sepan que los beneficios que gozan hoy no fueron obtenidos fácilmente, no como un regaño o reproche, si no como una reflexión de que atesoren este nuevo mundo en el que viven y por el cual tantos se sacrificaron. 

Antes de contarles los hechos fácticos que nos llevaron a donde estamos, tengo que explicarles la situación de ese entonces. El mundo estaba dividido en tres bloques. 

Mapa de Nurim

El primero era la Coalición Nóvogorod. Este bloque se había formado a través de varios tratados, de hecho era la que mayor territorio y población tenía. Era rica en recursos naturales y aunque los intentaban distribuir de forma igualitaria, a veces les resultaba imposible. En esos días su líder era el Premier Leonid Brézhnev. Las pocas veces que compartí el mismo espacio con el me dio la impresión de que era una persona fría y distante, incluso con su misma gente. La única razón por lo que se me ocurría que seguía en el poder es por que Leonid era fuerte en sus declaraciones contra al segundo poder del mundo. Cosa que le supongo le daba algo de seguridad a su gente. 

El segundo poder era el Imperio Zawadí. El bloque mas extraño de todos. Su emperador Aswad XI era bien conocido por sus excentricidades, algunos decían que estaba loco. Cierto o no este fue el hombre responsable de toda una serie de acontecimientos que costo la vida de millones. Aswad gobernaba con puño de hierro, manteniendo un ejército demasiado poderoso, considerando la pobreza en la que estaba sumida su gente. Aunque si Aswad pudo estar en el poder fue gracias a que su gente raras veces protestaba, ya fuera por cobardía o por que esperaban que en algún momento el Imperio les reconociera sus aportes. 

El tercer poder éramos la República de Atlan. Sin duda los que menos territorio y población teníamos. Los otros dos poderes nos veían de forma despreciativa, sobre todo por que habíamos adoptado una política aislacionista en la cual raras veces nos encontrábamos con los otros dos bloques. Aunque nuestro aislacionismo jugo a nuestro favor. Tuvimos una generación de clase pensante excelente que además se beneficio de los miles de refugiados que recibimos que escapaban de Zawadí. Gente muy educada tengo que decir y la cual era nuestro mayor orgullo. Mientras el resto del mundo aun vivía en la era del vapor, nosotros estábamos en los principios de la era de la electrónica. Nosotros en lugar de aviones de pistones teníamos aviones a reacción, ellos tenían comunicaciones por medio de cables de telégrafos, nosotros teníamos cinco satélites de comunicaciones y 3 espías, incluso se había construido una estación espacial y se estaba construyendo una nave espacial para visitar las lunas cercanas a Nurim. Todo lo nuestro era mil veces mejor, pero nunca lo compartimos o lo hicimos del conocimiento del resto del mundo. 

Esos eran los poderes existentes. Si bien había tensiones, lo cierto es que jamás pensé que fuera a estallar una guerra de la forma en que lo hizo. Eventos como la tragedia de Tikrit eran tristemente comunes en el Imperio Zawadí y enérgicas respuestas de parte de Leonid tampoco eran de extrañarse. 

Recuerdo bien como todo empezó. Era una mañana preciosa, una de esas mañanas donde nada podía salir mal. Después de varios meses de trabajo desde que tome gestión del gobierno, fui capaz de estar en convivencia con mi familia, por ese motivo habíamos decidido tener una salida al campo y hacer un pequeño asado. Éramos mi esposa, el pequeños Alexito, la dulce Carmencita, yo y 20 agentes de seguridad presidencial que por mas que insistí que no los necesitábamos nos siguieron hasta el lugar, y claro no podía faltar mi veterano jefe de estado mayor Ramón Alvarado quien había proveído a tan amenos y carismáticos acompañantes. Pese a todo el día parecía ir bien, Alexito y Carmencita jugaban con la pelota mientras mi señora y yo compartíamos de la comida y un buen vino. El general Alvarado se mantenía dentro de una tienda de campaña que le servia como centro de comando a la protección de mi persona, mientras los agentes se mantenían cerca de nosotros. Después de un tiempo el general salio precipitosamente de la tienda de campaña e hizo una señal con la cual los agentes se movieron y nos tomaron a mi y a mi familia de vuelta a los vehículos. Yo sabia perfectamente que era esa señal pues solo era usada cuando algo inminente y peligroso estaba por suceder, o cuando esto ya había pasado. 

Los agentes seguían sus órdenes cabalmente. Sacarme del lugar donde me encontrará y llevarme al sitio más seguro y cercano. El general tenía una cara pálida y estupefacta, y no me decía que había pasado. No estoy seguro si se encontraba así por lo intempestivo que conducían los agentes o si eso que había pasado era tan malo que no lo podía creer. Por fin el general volteo a verme. 

- Sr. El Imperio Zawadí le ha declarado la guerra a la Coalición Nóvogorod, no solo eso, si no que en este preciso momento las tropas del Imperio Zawadí desembarcan en sus playas. El secretario de defensa Salvador ha ordenado estado máximo de alerta. Aun no sabemos si también planean atacarnos. 

Desembarco de las tropas Zawadí.

Quede sorprendido con lo que me decía el general, le pedí por mas información pero me dijo que no sabía mas. 

No se cuanto tiempo tomo, pero llegamos a una base aérea donde se había construido un bunker. Los soldados se movían por todos lados, aviones despegaban con sus ruidosos motores. Esto asusto a los niños pues nunca había visto tanto escándalo. Bajamos de los vehículos en la entrada del bunker donde nos esperaban el secretario de defensa Augusto Salvador y el secretario de inteligencia Mariano Acevedo. Mientras éramos llevados por agentes y soldados hasta la parte baja del bunker. Salvador me informaba que hacia dos horas Aswad había televisado en su Imperio la declaración de guerra y que las tropas desembarcaron casi al mismo tiempo que se daba el mensaje. Pregunte si había señales de que nosotros también fuéramos sus blancos a lo cual Acevedo me respondió que los satélites no mostraban nada, pero por precaución se había dado la alerta máxima al ejercito. Por fin llegamos a un centro de comando donde había varios soldados, los cuales saludaron al vernos. Por su puesto mi esposa y los niños habían sido llevados a otro cuarto del bunker. 

La situación era grave jamás hubiera pensado que los Zawadí y los Nóvogorod se fueran a la guerra. Me reprodujeron el mensaje que dio Aswad, justificándose del por que atacaba primero. Era curioso como ponía a su nación como victima, me daba repulsión ver a esa persona escupiendo tantas mentiras, pero sabia que este no era momento para perder la compostura, había que tener la cabeza fría. Vi la pantalla donde se mostraba la escasa información que teníamos. Hasta ese momento no había señales de que nos fueran a invadir. Salvador estaba al teléfono, se notaba tenso, cuando termino colgó y suspiro aliviado. 

- Sr. presidente. Me acaban de informar que uno de nuestros satélites tiene bajo observación a la mayor parte de la flota Zawadí en las playas de Nóvogorod y que los aviones que enviamos a investigar nuestras costas no han encontrado indicios de una flota aproximándose. Aun así para estar seguros recomiendo que mantengamos el estado de alerta hasta confirmar que lo que queda de la flota Zawadí esta en sus bases. 

Estaba de acuerdo con Salvador. Por lo cual ordene mantener el estado de alerta. El satélite más cercano a las bases Zawadí le tomaría por lo menos 7 horas estar en posición y enviar la información de vuelta. Ese seria nuestro tiempo con los colmillos de fuera. De momento no quedaba más que esperar. Hubiera preferido estar con mi familia, pero era importante que estuviera presente para la toma de decisiones. 

Al tiempo que esperamos noticias del satélite, el general Alvarado me informo de la disposición de nuestras fuerzas y los planes de evacuación de las poblaciones cercanas a las costas en caso de invasión. Yo podía notar que algunos de los soldados, aunque llevaban acabo de manera impecable sus tareas, estaban nerviosos. Si ellos que eran unos profesionales estaban en ese estado, no me imaginaba la clase de pánico que debía de haber en la población civil. Decidí que era tiempo de dar la cara y calmar a la gente. Salvador me insistió que no era prudente el momento. Tal vez no lo era, pero no quería ser visto como un cobarde que se mete en el primer agujero y deja al resto a su suerte. Así que di mi mensaje donde informaba para desagrado de Salvador toda la información que teníamos, les dije que no había indicios de que fuéramos a ser invadidos y los exhorte a que regresaran a sus hogares y siguieran las ordenes de las autoridades locales, así como alentarlos de que en caso de ser invadidos haríamos que estos se arrepintieran de tal error. Lo último lo hice más para darles seguridad, pues lo cierto es que no sabíamos si nuestro ejército seria capaz de detener una invasión de la escala que se había montado contra Nóvogorod. 

Pasaron las 7 horas y todos estuvimos pendientes a que el teléfono sonara, pasaron más de 3 minutos, debo decir 3 de los minutos mas largos de mi vida, el nerviosismo y la incertidumbre eran palpables. Incluso el siempre calmado Acevedo saco un pañuelo para limpiarse el sudor. Por fin sonó el teléfono y Salvador se apresuro a levantar la bocina, escucho atentamente y al final solo dijo de acuerdo y colgó. 

- Hemos esquivado la bala por el momento Sr. Presidente, el satélite confirmo que los navíos zawadí que no están en el desembarco de Nóvogorod permanecen atracadas y sin signos de que vayan a salir. 

Varios de los soldados e incluso el mismo general Alvarado gritaron vitoreos y aplaudieron, con lo cual se relajo el ambiente tan tenso en el que habíamos estado. Se bajo el estado de alerta del ejercito, pero se mantuvo una vigilancia por si acaso. Por el momento estábamos a salvo e incluso con las buenas noticias me dirigí a ver a mi familia, los niños ya estaban dormidos por lo cual pasamos la noche en el bunker. 

Al día siguiente Acevedo estaba esperándome fuera de donde estaba mi familia sosteniendo entre sus manos una carpeta. Acevedo pese a su corta edad era más que capaz como secretario de inteligencia. Cuando me vio me saludo cordialmente y me siguió hasta el comedor. Le pregunte si acaso no dormía, pues tenia pinta de haber estado despierto toda la noche. El solo respondió que dormiría lo suficiente cuando muriera. Sabia que no estaba siguiéndome solo para entablar una conversación amena así que le deje que se explayara mientras tomaba algo de café y el desayuno de los niños. 

- Se ve que tiene algo que decir Acevedo, venga, suéltelo de una vez. 
- Sr. presidente ya conocemos la situación de Nóvogorod. 
- Pues no me mantenga en la incógnita y dígame que sabemos. 
- Si Sr. presidente vera… parece ser que el Emperador Aswad ordeno el despliegue de mas de 3 millones de tropas que en este momento están avanzando. La flota de la Coalición fue prácticamente borrada durante la batalla inicial, creemos que les quedan algunos navíos pero ciertamente no los suficientes como para enfrentar a la flota zawadí. También tenemos reportes de que la Coalición ya movilizo a sus fuerzas y se espera que para esta tarde se encuentren con las tropas zawadí. 
- ¿Y que hay de los navíos que permanecieron en sus bases?, ¿algún movimiento? 
- Ninguno de momento Sr. y aunque se movilizaran no serian suficientes como para superar a nuestras flota pues los zawadí mandaron casi todo lo que tenían. 
- Acevedo. ¿No le parece sospechoso que justo cuando una de las tantas masacres que se da en el imperio y en una de las tantas respuestas de parte de Leonid al día siguiente se declara la guerra con una invasión? 
- De hecho Sr. eso era lo que quería plantearle. Es imposible que la flota zawadí se hubiera desplazado hasta Nóvogorod de la noche a la mañana. 
- ¿Cuál es su análisis de todo esto Acevedo? 
- Esto ya estaba planeado desde un principio Sr. presidente. La masacre de Tikrit y la eventual respuesta del premier Brézhnev eran solo parte de un plan. La Coalición solo bailo al paso que el Emperador Aswad quería. 
- ¿Entonces no cree que sea prudente averiguar en que consiste este plan? 
- Ya me adelante Sr. presidente. 
- ¿Pues que espera? 
- Desde que tomo el poder el Emperador Aswad hemos sospechado que sufre de inestabilidad mental, ya que siempre ha gobernado de forma brutal, aunque tampoco entendemos por que no se ha sublevado la gente. Como sea parece ser que el Emperador quiere tomar todo el mundo de una vez por todas y a decidido empezar por lo que el considera el mas fuerte. 
- Eso quiere decir que en cuanto termine con la Coalición, seguimos nosotros que siempre hemos sido vistos como poca cosa, ¿no es así? 
- Correcto Sr. 
- Acevedo quiero que prepare una junta para esta tarde con Salvador, el general Alvarado, el resto de los secretarios y jefes militares. 
- Si señor. 

Acevedo se retiro y yo regrese con el desayuno. La mañana prosiguió tranquila y nadie creería que el día anterior estábamos hasta el bigote de los nervios. Me llegaron reportes en el transcurso del día de que el ejército de la Coalición había sido obligado a retirarse. En la reunión con los jefes militares y los secretarios poco concluimos fuera de lo que ya habíamos discutido Acevedo y yo. Aparte de ello acordamos que por precaución se retiraría la mayor parte de la población que vivía en la costa que tenia de frente el territorio zawadí. También se aprobó un nuevo plan de reclutamiento para aumentar el tamaño del ejército. 

Paso un año y medio, y con ello nos llegaban noticias de derrota tras derrota de la Coalición. Parecía ser que estas derrotas se debían a que no tenían un ejercito muy coaccionado, vamos la Coalición se formo de varios países, los cuales conservaron sus fuerzas militares. Y estas tenían diferentes puntos de vista de cómo se debía de pelear. Aunque era loable todo lo que habían resistido, lo cierto es que estaban perdiendo y si la Coalición caía nosotros seriamos los siguientes. No era el único que había notado este hecho. Pero solo una mujer tomo verdaderas cartas en el asunto. Era una mujer brillante con títulos de doctorado que me cuesta trabajo solo pronunciar y mucho más entender mas haya de un rupestre concepto básico. Este particular personaje era la Doctora Mariana Domínguez. El general Alvarado fue quien me la presento y decía que había diseñado algo que nos protegería de una invasión del Imperio Zawadí. El día de la reunión la nos proporciono unas carpetas como material de apoyo para su presentación. Usualmente uno creería que seria la clásica científica con grandes conocimientos pero muy torpe, nada mas alejado de la realidad. La doctora Domínguez a parte de su inteligencia era como cualquier otro. Hasta uno diría que era guapa. 

- Sr. presidente, antes que nada le agradezco que me haya recibido. 
- La he aceptado por que confió en el criterio del general Alvarado, espero que lo que tenga para ofrecernos sea de utilidad. 
- Sin lugar a dudas Sr. presidente. Esta nueva arma no solo nos protegerá del Imperio Zawadí, si no que además nos llevara a la victoria final. 
- Doctora, hasta donde yo se no estamos en guerra. 
- Cierto, pero no hay que tener 4 doctorados para darse cuenta que cuando los zawadí terminen con la Coalición nosotros seremos el siguiente blanco. 

Hasta cierto punto era un poco molesto ver alguien que no solo se creyera un genio, si no que lo fuera. 

- ¿Qué es lo que propone Doctora? 
- La idea es sencilla, mas el llevar a cabo esto no lo es tanto. Un arma satelital. 
- ¿Un arma satelital?, ¿esta sugiriendo satélites en órbita armadas con ojivas nucleares?, siento decirle que ya me presentaron esa idea y a parte de imposible por la cantidad de satélites requeridos también no queremos emplear armas nucleares si se puede evitar. 
- Estoy consciente de que le presentaron esta idea, pero no, la mía es diferente. 
- Por favor doctora no le de mas rodeos y respóndale al presidente – intervino brevemente Alvarado. 
- Nuestra arma satelital será un enorme espejo en órbita que reflejara los rayos del sol hacia el planeta. 

Tengo que admitir que en ese momento no entendía el efecto que tendría esta arma en el futuro y que la verdad me parecía ridícula, mas por que revisaba la carpeta y esta cosa seria de casi un kilómetro. ¿Cómo lo íbamos a construir? Pero la doctora seguía defendiendo su postura. 

- Sr. presidente se que le puede parecer ridícula esta idea, pero solo haremos lo mismo que hace un niño al quemar insectos con una lupa, solo lo haremos mas grande. 
- Déjeme ver si le entendí, ¿me esta proponiendo un arma satelital que podría reflejar el sol y quemar a los invasores como si fueran insectos? 
- Asi es Sr. 
- ¿Y como planea construir esta arma?, ¿ya se dio cuenta que esta inmensa? 
- Es verdad es grande, por que se necesita que sea grande, pero créame, es mas sencillo de construir de lo que cree. 
- ¿En cuanto tiempo estima que estaría operativa? 
- 3 meses Sr. presidente. 
- ¿3 meses?, ¿y de verdad cree que tenemos la infraestructura para construir su bebe? 
- Pero por supuesto, es más simple que la estación espacial o la nave que dejamos de construir desde que empezó la guerra. Todo seria prefabricado aquí abajo, lo enviamos arriba con las lanzaderas y lo armamos. 

La note muy engreída y segura, pero pensé que lo peor que podía pasar era solo ver unos cacharros inservibles. 

- Tiene un mes para hacer algunas de estas piezas prefabricadas, si demuestra que funciona, armaremos su bebe, si resulta que es inviable lo tendremos que abandonar. ¿Esta de acuerdo doctora? 
- No hay problema Sr. presidente. Entonces si me disculpa tengo que poner a trabajar a mi equipo. 
- Bien, general Alvarado, por favor asigne tropas y recursos para la buena doctora. Recuerde doctora un mes. 

No me canso de decir que la doctora era mas que molesta con su gran ego hasta el tope. Aunque tenía razones de sobra para ser así.

El gran espejo en órbita de Nurim.

Como prometió al mes tenía todo listo para poder ensamblar el arma. Parece que había optado por una especie de membrana flexible y reflejante que ella misma había desarrollado para lo que seria la parte principal del arma. Ahora veía por que estaba tan segura de que podía hacerlo en 3 meses. Sin demora se comenzó la construcción de la nueva arma a la que se le llamo tan solo como “el gran espejo”. Mientras tanto la guerra en Nóvogorod no iba bien. Cada vez perdían más y más terreno ante el Imperio Zawadí, era increíble creer que para ese momento ya había más de 6 millones de bajas entre soldados de ambos lados y civiles. Pero lo más terrorífico era que eso tan solo había sido el comienzo. 

Mientras la guerra continuaba comenzamos a recibir una ola de refugiados de la Coalición a los cuales colocamos en islas alejados de la masa continental pues temíamos que hubiera infiltrados zawadí o que simplemente se pusieran en nuestra contra por desesperación. Después de todo, esta gente lo había perdido todo. Entre todos estos refugiados recuerdo a uno en particular, que irónicamente no era un refugiado. Su nombre era Alexander Ananikian y se identifico como un coronel de la Coalición Nóvogorod. Era el primer contacto formal de parte de Leonid con nosotros. Decía tener un mensaje y que quería hablar conmigo. Obviamente a los generales no les agrado esta idea, así como a Salvador. Sin embargo tenía algo de curiosidad. Al final logre convencer a Salvador de estar tras un vidrio blindado mientras el interrogaba al prisionero. A Salvador le encantaba el papel del policía malo. Su idea era intimidar al coronel Ananikian, incluso tomo un fólder donde puso varias hojas en blanco para engañar al coronel de que sabíamos todo de el. Salvador entro muy presuntuoso, y azoto el fólder sobre la mesa contigua al coronel, se sentó y comenzó a ojearlo sin dirigirle la mirada. Francamente yo no vi en ningún momento al coronel intimidado. 

- Bien. ¿Qué es lo que quiere coronel? 
- Creo que ya fui muy claro en eso, deseo hablar con su presidente. Tengo un mensaje del premier Brézhnev para el. 
- Dígame coronel. ¿Por qué un premier se molestaría en mandar a un soldado a mandar mensajes cuando puede contactarnos en cualquier momento?, no tiene mas que levantar la bocina. 
- No lo se… O espere ya lo recordé, por que nuestro país esta en guerra, el 87% de nuestro territorio tomado por el enemigo. El 45% de nuestra gente muerta, y cierto me olvidaba de lo mejor, nuestras comunicaciones cortadas. No lo se, me figuro que al premier no le quedo mas opción que el boca a boca, ¿usted que piensa? 

Salvador no era muy paciente y molesto arrojo la mesa para un lado al tiempo que comenzó a maldecir y decir mil formas en las que se arrepentiría el coronel por su cinismo. El coronel permanecía inmutable, lo que molesto más a Salvador al extremo que los soldados lo tuvieron que sacar temiendo que se fuera a los golpes con el coronel. El papel de policía malo de Salvador se había acabado, tal vez era tiempo del policía bueno. Quise entrar y hablar con el, pero todos se oponían. Al final los convencí elogiándolos de que si el quisiera matarme no podría pues para eso lo habían revisado y estarían hay para protegerme. Si es verdad me aproveche de su vanidad, pero eso me dio la oportunidad de hablar con el coronel. 

- Coronel, su deseo se ha hecho realidad, desea hablar conmigo, adelante aquí estoy. 
- Vaya, por fin. 
- Coronel, soy un hombre ocupado, si tiene algo que decir hágame el favor de decirlo. 
- Me agrada señor. No como el otro tonto. 
- Coronel. Le pido de nuevo que me de el mensaje de su premier. 
- Primero podría darme algo de beber, es que tengo la garganta seca y es mucho lo que tengo que decirle señor. 
- De acuerdo. 

Mande a que le trajeran agua, el coronel la tomo y pido mas, al final tomo 5 vasos de agua. 

- Hacia tiempo que no tomaba agua así de purificada, sabe en Nóvogorod destruyeron todas nuestras plantas potabilizadoras, así que es un bien muy apreciado en nuestra gente. Que lindo, espero que si trabajamos juntos este país no termine como el mío. 
- ¿Coronel? 
- Cierto, discúlpeme usted Sr. presidente, debe comprender que incluso esta silla que podrían considerar burda es la gloria para mi. Como sea el premier le manda sus saludos. 
- ¿Eso es todo? 
- Claro que no Sr. de hecho estoy aquí para acordar un complot de asesinato al Emperador Aswad. 
- Así que se trataba de eso. 
- Si señor, ustedes tienen una costa cercana a Zawadí, lo único que pedimos es que permitan a nuestros operativos pasar por ahí para asesinar a Aswad, sabemos como y cuando. Claro también solicitamos otras cosas para la misión como transporte, como vera a duras penas llegan nuestros refugiado a aquí y el premier no tiene intención de usar nuestros limitados recursos en una misión que bien podría ser suicida. 
- Ya veo, de esta forma acabaría la guerra, ustedes podrían recuperar su tierra, los refugiados regresarían y supongo los querrían con algunas cosas de nuestra parte para la reconstrucción. 
- Sr. presidente me ha leído la mente. 
- ¿Y que tal si decidimos aliarnos con Aswad?, después de todo esta ganando. 
- No lo creo Sr. presidente, usted sabe perfectamente que eso no es posible, Aswad tiene planeado tomar su pequeño país después de que el nuestro caiga. Además sabemos que ha estado reclutando masivamente, construyendo armas incluido ese curioso juguete que tienen en orbita. 
- Eso es información clasificada coronel. 
- No se preocupe Sr. lo encontramos por casualidad, no crea que lo hemos estado espiando, a diferencia de los zawadí nosotros tenemos gente educada en las ciencias. Asi que no se preocupe, los zawadí no verán su nueva arma y aunque la vieran no tienen nada con que alcanzarla. 
- Supongamos que aceptamos, ¿Qué ganamos? 
- Sr. presidente, por favor. Pese a todo su reclutamiento y armas ustedes no quieren pelear esta guerra más que nosotros y si tenemos éxito en asesinar a Aswad nunca tendrán que entrar en el conflicto y por su puesto nosotros les estaremos eternamente agradecidos. 
- ¿Y si fallan? 
- Entonces será el fin de la Coalición y ustedes tendrán que pelear, pero al menos sabrán de antemano cuando ya no seremos nada y ustedes podrán prepararse mejor para recibir a los zawadí. Además muchos de nuestros refugiados estarían dispuestos a pelear con ustedes. No pueden perder. 

Por más torcida que pareciera la logia del coronel, era aceptable. Con esa misión de una u otra forma la guerra se acabaría. No le di mi respuesta en ese momento, le pedí paciencia. Hable con Acevedo y me confirmo mucho de lo que me dijo el coronel, la Coalición estaba en las ultimas. El general Alvarado y Salvador me aseguraban que el ejército estaba listo. Al final tuve que consultar a mi mejor asesor, mi compañera en la vida. 

Cuando le hable del coronel y de todo lo que me dijo no me interrumpió, después quedamos en silencio. Era una difícil decisión, pues lo que resultara de esa misión también resultaría el rumbo de la republica. Mi esposa pensó muy bien en sus palabras. 

- Cariño ningún asesinato es justificable, pero tampoco deseo para nuestros hijos un mundo en guerra. Estamos en una situación donde ambas opciones son terribles, pero tenemos que escoger el menor de los males y en este caso es apoyar a Leonid. Si esto falla no dudo que se pondrá peor, pero yo confió en que lo resolveremos. Esta es una pelea que no podemos evitar. 

Medite con cuidado las palabras de mi esposa, pensé en Alexito, pensé en Carmencita, pensé en nuestra gente. Se nos había presentado una oportunidad y no la íbamos a desaprovechar. Acepte la propuesta, si tenían éxito esto terminaría, si fracasaban entonces tendríamos la oportunidad de atacar al Imperio Zawadí mientras estaba distraído. El coronel se vio complacido y antes de ir en su misión se dirigió a los refugiados en nombre de Leonid y les pidió que aunque la Coalición desapareciera, ellos aun podrían luchar y vengarla al pelear con la Republica de Atlan. Con este acto muchos de los refugiados aun con la voluntad de pelear se enlistarón en nuestro ejército. En cuanto al siempre cínico y carismático coronel Alexander, la última vez que lo veríamos seria abordando un avión con su equipo para asesinar a Aswad. 

Como había prometido el coronel nos enteramos del resultado de la misión. Fue un monumental fracaso. Todo el equipo del coronel fue eliminado y sus cabezas fueron puestas en el palacio real clavadas en unas estacas. Vaya forma de decirnos que habían fallado. No había tiempo que perder, teníamos que atacar lo más pronto posible, las tropas fueron movilizadas para embarcarse en los navíos, el gran espejo se movió para poder disparar a las fuerzas que aun estaban en Zawadí. Mi familia y yo volvimos a un bunker y desde un centro de comando vi como nuestros muchachos se movilizaban. Tomaría por lo menos un mes para que todo estuviera listo. Pero Aswad se nos adelanto, estaba más que furioso y se noto en el mensaje que dio y al verlo me di cuenta. El sabia que nosotros habíamos ayudado a la Coalición en el complot y en un acto de intimidación bombardeo la ciudad de Kazan, capital de la Coalición, con armas nucleares. Aswad exigía la rendición incondicional de la Coalición o de lo contrario bombardearía todo su territorio con armas nucleares hasta que esta se rindiera en lo que denomino “la operación infestación hongo”. Sabíamos que esto no era un blofeo, pues estimábamos que el Imperio tenia en su poder cerca se cinco mil cabezas nucleares. Lo único de ciencia avanzada que tenían y eran armas. Nosotros nada podíamos hacer. Los refugiados que teníamos se enfurecieron al saber que su premier había fallecido durante el bombardeo, tomo tiempo contenerlos, pero al final todavía mas se enlistarón en nuestro ejercito. El gobierno provisional de la Coalición se negó a rendirse.

Operación Infestación Hongo.

El día de la operación Infestación hongo llego. Solo pudimos ver impotentes por nuestros satélites como caían las bombas, detonaban al ser soltadas por sus bombardeos, el ataque fue indiscriminado pues incluso posiciones controladas por los zawadí fueron bombardeadas. Pudimos ver como la Coalición derribaba algunos de estos bombarderos, pero al final era inútil. Los superaban por mucho. En ese momento me convencí, Aswad estaba loco. El uso tan indiscriminado de estas armas contaminaría el planeta y afectaría su ecología de forma irremediable si no actuábamos pronto. Tal vez incluso con ese acto Aswad nos había sentenciado a la extinción. Esta guerra tenia que terminar ya, para que pudiéramos lidiar con el desorden dejado por el demente de Aswad.

Estuve en el centro de comando esperando lo mejor al ver a nuestros muchachos hacia la guerra. Estuve en ese lugar recibiendo los primeros informes de que habíamos tomado por sorpresa a los zawadí. El gran espejo destruyo por completo las defensas costeras y de esta forma nuestra cabeza de playa quedo asegurada. Las unidades se movieron rápido hacia la capital con poca resistencia, pues casi todo el ejército del Imperio se encontraba en Nóvogorod. En cuestión de horas estuvieron en la capital y en aun menos tiempo penetraron el palacio real donde el demente de Aswad celebraba una fiesta. Nunca supimos como, pero Aswad logro escapar. 

A los pocos días Acevedo llego con reportes de que Aswad estaba en Kazan. Que demente. Meterse en una ciudad radioactiva reflejaba su desequilibrio mental. Una pequeña guarnición se quedo en zawadí. El resto fue enviado a Nóvogorod para engañar al ejército principal. Pues habíamos enviado unidades especiales a Kazan para atrapar a Aswad. Nos sorprendió el hecho de que las tropas zawadí se entregaban al ver a nuestras tropas sin pelear. Aparentemente la Coalición no era la única que sufría pues las tropas de Imperio tampoco habían sido abastecidas como se debía y tras la infestación hongo donde perdieron muchos camaradas por fuego amigo, es que decidieron desertar. 

Fuerzas especiales de Atlan a la afueras de Kazan.

Por su parte las unidades especiales en Kazan equipadas con lo mejor en equipo de protección radiactiva vieron los horrores de un bombardeo atómico. Incluso encontraron sobrevivientes, que no vivieron mucho después, pues su envenenamiento por radiación era extremo. Aun asi los ayudaron a localizar el refugio de Aswad. Fue sorprendente ver como todavía tenia tropas dispuestas a pelear por el. No se si estaban locos o si solo eran ignorantes pues no llevaban ningún equipo anti-radiación. En cualquier caso eran más que las unidades especiales, por lo cual se decidió amenazar a Aswad con que si no se rendía dispararíamos el gran espejo. Como era de esperarse de un loco se negó. El gran espejo fue disparado acabando con las tropas zawadí. En un sentido ya estaban muertos. Al entrar las unidades especiales no encontraron los restos de Aswad. Se creyó se había evaporado. 

Fue sorprendente que cuando nuestras unidades especiales se retiraban llegaron algunos insurgentes de la Coalición y con el llevaban a Aswad. Tanto los insurgentes como Aswad estaban envenenados por radiación. Pero uno de los oficiales mas tarde me dijo que los insurgentes ya sabían que estaban muertos, tan solo querían que su gente tuviera la satisfacción de ver morir al canalla que les había quitado todo. 

Intentamos juzgar a Aswad, pero antes del juicio uno de sus generales aun leales intento liberarlo. Cuando vio que no podría sacar a su emperador lo mato y después se suicido a si mismo. ¿Un loco queriendo salvar a otro loco?, supongo. 

Con la muerte de Aswad se declaro el fin de la guerra a la cual todos conocen como la guerra de unificación. No se por que le llamaron así, puesto que la intención no era unificar. Pero creo que le pusieron ese nombre para que significara algo menos tétrico de lo que fue la realidad. 

La guerra había terminado, éramos victoriosos, pero era una victoria efímera, pues teníamos toneladas de problemas. A las fuerzas que teníamos en Nóvogorod se les dio equipo especial para hacer que las partículas radiactivas se asentaran en el suelo para posteriormente limpiar el territorio irradiado. Sacamos a toda la gente de la Coalición de Nóvogorod pues por los altos índices de radiación era insegura y los llevamos a Atlan y Zawadí. Atendimos sus necesidades lo mejor que pudimos pero entre la extrema pobreza de los zawadí y el desplazamiento masivo de los de la Coalición quedamos rebasados. Había gran divisionismo entre las tres facciones. Todo se veía mal. 

Entre Acevedo y mi esposa me convencieron de llevar a cabo un acto que le devolvería la dignidad y la esperanza a la gente, pese a todo aun recordaban las rencillas de la guerra, después de todo aun estaban frescas. Necesitábamos algo que los pusiera en el mismo bote. Algo que los hiciera trabajar juntos. El resultado de esto fue la creación de la Alianza Nuri, un gobierno que no era la Republica de Atlan, ni la Coalición Nóvogorod o el Imperio Zawadí. No, seria un gobierno de todos, todos seriamos parte de esta alianza, todos seriamos de hay en adelante la misma gente, seriamos nuris. 

Por ingenua que pareciera la idea fue aceptada la novata Alianza Nuri. Pero tal ves era eso lo que la gente necesitaba, una idea ingenua. Incluso se creo un nuevo calendario. Yo me quede como presidente de la Alianza Nuri. No por ambiciones políticas, si no por que no había nadie mas para hacer el trabajo y bajo la situación no había tiempo ni cabeza para elecciones. Teníamos que aprovechar el impulso que dio la creación del nuevo gobierno. 

En nuestro nuevo calendario se marcaron los primeros 3 años. Las cosas parecían mejorar, la gente trabajaba junta y se consideraban mas nuris que lo que fueron antes. Las cosas parecían ir tan bien que hasta se realizaron elecciones para presidente las cuales gane y me dio tiempo de dar continuidad a los siguientes proyectos. 

Al décimo año de haberse fundado nuestra endeble Alianza Nuri apareció en mi oficina la doctora Domínguez con muy malas noticias. La limpieza que supuestamente habíamos hecho en Nóvogorod se hizo demasiado tarde. Muchas partículas radiactivas se propagaron por el planeta. Y la doctora estaba segura que esto nos terminaría de matar lentamente. No lo notaríamos en años pero eventualmente empezaríamos a ver mutaciones. Fue la única vez que vi a la doctora Domínguez preocupada. Afortunadamente esto no nublo su buen juicio y genialidad. No sabía cuanto tiempo tomaría limpiar el planeta, pero cuando lo lográramos ya seria tarde. Teníamos que irnos del planeta y la idea mas rápida que se le ocurrió a la doctora fue la de modificar la nave espacial de exploración para remolcar asteroides hasta la orbita de Nurim y excavar dentro de ellos donde se establecerían colonias. En realidad era mas sencillo construir refugios subterráneos, pero la doctora estaba convencida que eventualmente incluso esos refugios serian alcanzados por la radiación. No dude de la doctora, después de todo era la madre del gran espejo. El Kilo, la única nave que existía fue modificada para remolcar asteroides, de entre todos los candidatos el Kilo trajo el que consideramos mejor. La excavación comenzó casi de inmediato, se le puso a girar para simular gravedad en su interior. En cuestión de 2 años tuvimos el primer hábitat terminado. La nave con ayuda de otras mas pequeñas que lanzaban pesos sobre asteroides los cuales modificaban la orbita de los asteroides nos trajeron otros 5 buenos prospectos de colonias. Asi fue como los primeros colonos espaciales nacieron. 

El peso, alejándose de un hábitat espacial.

La doctora Domínguez era una visionaria, pues a parte de los habitas en los asteroides diseño una ciudad en la luna de Metstli. Todo se construía rápido pues lo deseado era llevar a casi toda la población al espacio. Algunas personas se quedaron en Nurim dentro de ciudades subterráneas, esta gente era especializada en varias áreas que serian necesarias para limpiar a Nurim de la radiación. 

Pronto hubo más gente en el espacio que en Nurim, Por necesidad dimos nuestros primeros pasos al espacio. Lo demás ya lo saben. Después de la gran penumbra en la que estuvimos el futuro parece brillar calidamente con esperanza. Ahora hablan de cosas como viajar a otras estrellas y han sacado teorías locas al respecto. Si esto llega a ser una realidad en el futuro es seguro que enfrentaremos nuevos retos. Tal vez hasta tengamos nuestros primeros contactos alienígenas. No tengo idea si nos podremos entender con otras civilizaciones que surcan el espacio. Pero si quiero creer que lo que pase en el futuro lo enfrentaremos juntos. Y si en algún momento perdemos el camino y nos volvemos a separar, si surge divisionismo, esperare que la razón los haga darse cuenta que al final son la misma gente. Con los mismos deseos, sueños y anhelos. 

Héctor Sandino. 

Bandera de la Alianza Nuri.


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